sábado, 30 de julio de 2022

APRENDER A MIRAR LAS CONDUCTAS EN LOS NIÑOS CON AUTISMO Y OTRAS CONDICIONES DEL DESARROLLO DESDE UNA NUEVA PRESPECTIVA

 “Cuando cambias tu forma de mirar las cosas, las cosas que miras cambian” Dr. Wayne Dyer

Cuando un niño presenta problemas de conducta persistentes, es un indicio de que su sistema nervioso se está ajustando y respondiendo automáticamente a estas diversas formas de estrés. Como seres humanos, empezamos basándonos en nuestros instintos de supervivencia biológica (esos procesos que nos ayudan a mantenernos vivos), y nuestra “psicología”, se construye según cómo nuestros cuidadores responden a nuestras percepciones biológicas del entorno. Comprender la conducta problemática es indispensable para poder prevenirla y afrontarla.

 

§  Cuando nos encontramos con un niño con conductas desafiantes, necesitamos saber: ¿Es descendente o ascendente la etiología de esta conducta?

o   Determinar si un comportamiento es descendente (controlable, intencional o planificado) o ascendente (reflejo, automático o en respuesta al estrés), y qué implicaciones tiene esta respuesta en nuestras interacciones, herramientas y técnicas de intervención.

Los niños neurodiversos con diferencias sensoriales/motoras pueden tener pensamientos e ideas complejas que no pueden expresar o comportamientos que son incapaces de inhibir debido a la forma en que están configurados sus cerebros.

§  Muchos de nuestros métodos parten de la falsa premisa de que los niños pueden autorregular sus emociones y comportamientos cuando, en realidad, aún no tienen esa capacidad.

o   Por ejemplo, una razón por la que los padres pueden sentirse tan frustrados por el comportamiento de su hijo/a es la <<brecha de expectativas>>. Muchos padres suponen que los niños son capaces (o deberían serlo) de hacer cosas para las que sus cerebros sencillamente aún no están preparados.

§  Comprender cómo desarrollan los niños sus habilidades de autocontrol nos ayuda a descubrir dónde centrar nuestros esfuerzos para ayudar a cada niño.

§  Situar los comportamientos del niño en el contexto de sus procesos sociales y emocionales ayudará a guiar nuestras decisiones sobre qué decir (o hacer) o no decir (y no hacer) cuando experimenta alteraciones conductuales.

§   En lugar de centrarnos en eliminar comportamientos, debemos proporcionar a los niños indicios de seguridad (personalizados según sus sistemas nerviosos) que permitan que surjan espontáneamente las conductas de conexión social.

o   Primero debemos regular, para relacionarnos, y solo entonces podremos razonar con el niño.

o   Conecta y redirige, la conexión interpersonal es la guía de todas nuestras interacciones. El primer paso para ayudar a los niños con problemas es construir una relación segura con ellos.

§  Antes de responder aun comportamiento, debemos entender su origen. “La conducta social y la capacidad de afrontar las dificultades dependen de la regulación neuronal del estado fisiológico” Dr Stephen Porges

§  Es primordial comprender cómo influyen la sensibilidad sensorial de cada niño y otras diferencias individuales en sus comportamientos observables, y utilizar esta comprensión para decidir cómo ayudarlo.

§  Debemos comprender cómo el cuerpo y el cerebro del niño usan los comportamientos para ayudarlo a manejar su entorno y su experiencia de estar en el mundo.

o   Esto no significa que debamos tomar una actitud de dejar pasar los comportamientos. Por el contrario, debemos prestar más atención y tomar nota de las diferencias sin presuponer que los comportamientos de un niño se deben a alguna patología o trastorno, o que de alguna manera reflejan la decisión intencional del niño de ponérselo difícil.

§  Cuando abordamos los problemas conductuales en las personas neurodiversas, debemos ir más allá de la noción de que los comportamientos o rasgos son estables  y “causados” por un trastorno. Es habitual escuchar: “Este comportamiento es común en los niños con Autismo o TDAH”. Aunque la intención pudiera ser tranquilizar a los padres, hay que tener en cuenta que hay demasiadas variaciones dentro del autismo y otras condiciones del desarrollo como para que estas generalizaciones sean útiles. También subestiman la individualidad del niño. Los niños tiene sus propias formas únicas de responder al mundo en función de sus diferencias individuales.


§  Interpretar las conductas de personas neurodiversas:

1.     Comprende que el perfil sensorial y/o motor del niño puede afectar a su capacidad de mostrarte lo que está pensando y lo que puede hacer. No presupongas que los niños con diferencias motoras o de movimientos no saben la respuesta correcta, se están portando mal adrede o no cooperan porque no quieren. Al contrario, dale a cada niño el beneficio de la duda y presupón que entiende, pero que necesita los apoyos adecuados para mostrártelo.

2.     Consulta lo antes posible con expertos para ayudar al niño a comunicarse. Los niños con dificultades de comunicación oral necesitan apoyo y ayuda para encontrar métodos de comunicación alternativos.

3.   Todos los niños necesitan tiempo para construir relaciones de confianza para poder arriesgarse a cometer errores. El aliento y la presencia de un adulto tranquilizador ayuda a los niños a mantenerse calmados y alerta. Aunque no siempre sea fácil comunicarse con los niños neurodiversos, todos los adultos en la vida del niño deben esforzarse por descubrir sus intenciones e ideas. El primer paso es construir una relación de confianza, que le permita al niño sentirse seguro, asumir riesgos y preservar para mostrarnos todo lo que sabe.


CICLO CONDUCTUAL HABITUAL DE LAS CRISIS EN EL QUE SE ILUSTRAN LAS DIFERENTES FASES DE SU DESARROLLO

Este diagrama elaborado por Whitaker (2001), nos servirá de base para comprensión del ciclo conductual de la crisis, en la que será necesario tener en cuenta los siguientes aspectos:

§  No siempre sabremos cuál ha sido el detonante o disparador de la crisis. Podría ser algo en el entorno de lo que no seamos conscientes, pero también un sentimiento (p. ej., miedo) o un pensamiento (p. ej., la persona esperaba con anhelo una cosa que finalmente no sucede).

§  El que una persona reaccione o no ante un disparador (p. ej., que se dirijan a ella de manera hostil) y la intensidad con la que lo haga puede variar de un día a otro o en función de su estado.

§  Muchas veces la crisis es el resultado de un cúmulo de circunstancias que se van acumulando y que cuando sucede <<la gota que colma el vaso>> desbordan desencadenando la conducta que nos preocupa (p. ej., el estrés acumulado durante la jornada escolar podría estallar en casa tras una demanda insignificante).

§  En ocasiones, la crisis puede estallar de repente sin casa ninguna o ninguna señal previa de que la tensión de la persona está aumentando.

§  Pueden existir <<falsas alarmas>>, pero que podrían estar indicando que la tensión se está acrecentando.


A continuación se resumen algunas estrategias útiles en función de la fase de agitación en la que se encuentre la persona (Whitaker, 2001):

FASES

ESTRATEGIAS

Desencadenante

-     Eliminar la causa (o retirar a la persona de la situación)

-     Tratar la conducta como una forma de comunicación

-     Distracción, desviar su atención

-     Aprender a hacer frente al estrés

Intensificación

-     Recordar las recompensas

-     Recordar las normas

-     Evitación 1: Proporcionar oportunidades para relajarse

-     Replantear la demanda

-     Evitación 2: Cambiar de orientación

-     Calmar la situación

Explosión

-     Despejar la zona 1: despejar el entorno

-     Despejar la zona 2: proteger a las otras personas

-     Conseguir ayuda

-     Ofrecer respuestas de baja intensidad

-     Intervenir físicamente

Recuperación

-     Proporcionar espacio

-     Volver a la normalidad

-     Volver a realizar demandas

-     Conversar sobre lo ocurrido

-     Cuidarse a uno mismo

 

En términos generales, en una situación de crisis el objetivo principal en las fases desencadenante y de intensificación será tratar de calmar la situación, en la fase explosión, minimizar los daños y en la de recuperación, ayudar a la persona a restablecerse y recobrar la seguridad. Para afrontar las situaciones de crisis el adulto deberá tratar de mantener la calma mostrando un estilo de baja intensidad o activación, para proporcionar seguridad a la persona y ayudarle a regresar a su estado habitual (basal).


BIBLIOGRAFÍA 

 



   

sábado, 23 de julio de 2022

LA ANSIEDAD EN LAS PERSONAS CON TRASTRONO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO

Las personas con autismo tienen dificultades para integrar informaciones nuevas, así como para incorporarlas y relacionarlas con otros conocimientos tendiendo a reproducirlas de forma mecánica; suelen centrar su atención en aspectos y detalles poco significativos y anecdóticos, obviando los más relevantes; tienden a prestar más atención a los elementos específicos de los patrones estimulares que a las estructuras globales de los mismos; suelen fracasar en la generalización de los aprendizajes; suelen ser muy concretos y literales en todo lo que les rodea con dificultades para hacer significantes o con todo lo que tenga que ver con procesos de abstracción (desde el lenguaje pragmático a la comprensión de la comunicación no ver
bal), es decir, para inferir lo que sea implícito, sutil, no explícitamente obvio.

La ansiedad que manifiestan las personas con autismo, traducida en estereotipias, repetición, aumento de los rituales y rutinas, intensificación de los intereses restringidos, o comportamiento disruptivo o desregulado es el resultado lógico de vivir en un entorno que, para ellos, carece de sentido. No comprender el mundo que nos rodea, sus reglas, su funcionamiento, conduce a la confusión, al estrés y al miedo.

Por tanto, las personas que trabajamos y/o convivimos con personas con TEA es importante que creemos entornos amigables para al autismo. Esto significa adaptar el entorno, las tareas, los estímulos, la metodología de aprendizaje, el mobiliario, el espacio, el tiempo, a una mente funciona de otra manera. Un cerebro con particularidades que limitan a la persona, en algunos casos, pero que en otros pueden convertirse en fortalezas que hay que desarrollar y potenciar.

Desde MarinaTEA se recomienda llevar a cabo adaptaciones del entorno en función de las particularidades sensoriales, cognitivas, perceptivas y emocionales. A continuación se muestran algunos ejemplos:

    1. Respetar las particularidades sensoriales, propioceptivas y vestibulares.
    2. Crear un entorno lo más predictivo y claro posible. Preparar los cambios, las novedades, las transiciones, aumentando la flexibilidad.
    3. Simplificar, desambiguar el lenguaje.
    4. Evitar la sobrecarga cognitiva.
    5. Organizar y estructurar el espacio. 
    6. Organizar y estructurar el tiempo.
    7. Organizar y estructurar las tareas y actividades.
    8. Respetar el pensamiento visual. 
    9. Compensar los problemas de generalización de los aprendizajes.
    10. Aprendizaje de habilidades de regulación emocional.
Las persona con TEA comprende e integra mucho mejor los mensajes verbales cuando estos son representados  con notas, diagramas, gráficos, dibujos. Por ello puede ser útil el uso de esquemas visuales, hojas de trabajo, listas, planificadores del tiempo y notas específicas complementarias a los soportes verbales. Además, dar a la persona una copia de las representaciones visuales cuando ha finalizado la sesión permite recordar lo que se está trabajando y le ayuda a la generalización de los aprendizajes.