martes, 29 de mayo de 2018

APOYO CONDUCTUAL POSITIVO


El Apoyo Conductual Positivo comparte sus valores y principios, así como su objetivo último de mejora de la calidad de vida, con la filosofía del Modelo de Apoyos y con el aprendizaje de habilidades adaptativas. Forma una técnica de intervención y aprendizaje, aplicable, con carácter general, a todas las personas, presenten o no presenten discapacidades. Ese carácter general es importante porque permite entenderlo como enfoque global de actuación.
Por otra parte, interesa tener presente que, si bien el Apoyo Conductual Positivo es aplicable a diferentes tipos de conducta, como veremos, su núcleo genuino y principal de intervención es el de las conductas problemáticas, siguiendo la definición de Emerson (1995), “por su intensidad, duración o frecuencia afectan negativamente al desarrollo personal del individuo, así como a sus oportunidades de participación en la comunidad”.
Los niños con problemas graves de conducta hacen que nos cuestionemos y nos planteemos retos tan importantes que los procedimientos tradicionales de intervención conductual no son, por lo general, capaces de resolver. Todas las personas necesitamos apoyos para poder adaptarnos a las demandas o exigencias del ambiente, pero estos apoyos para una persona sin discapacidad son más generales en el sentido de que están a disposición de todo el mundo y es, por lo general, la propia persona cuando los requiere acude a ellos. Imaginemos que nos marchamos a China a vivir, suponiendo que no conocemos nada de ese país. Claramente nuestra vida allí será mucho más compleja, puesto que no conocemos el idioma, ni las señales, ni las costumbres, ni la gastronomía, ni su horario, etc. Entonces como todas sus costumbres y su forma de vivir son diferentes a las nuestras, necesitaremos una serie de apoyos o recursos para poder adaptarnos y facilitarnos la vida en dicho país.
Ahora bien, si extrapolamos el ejemplo y nos ponemos en lugar de la persona con discapacidad, podemos entender que éstos pueden encontrar dificultades en sus capacidades a la hora de enfrentarse al ambiente y por tanto, necesitarán una serie de apoyos, que nosotros como profesionales o personas cercanas a ellos deberemos proporcionarles. Estos apoyos pueden provenir de diversas fuentes, tomar varias formas, cubrir diferentes funciones y variar en la intensidad del ambiente de una persona con discapacidad. Para poder hacer una planificación adecuada de los apoyos necesarios y que abarque todos los ambientes posibles, deberemos recurrir a la propia persona, a su familia, y profesionales que tienen contacto con la persona. Los apoyos deben ir destinados a que la persona con discapacidad mejore su calidad de vida consiguiendo una mayor integración y mejora de habilidades.
Por ejemplo, supongamos que tenemos una persona con TEA que presenta algunas conductas disruptivas, es importante que tengamos un cambio de interpretación, tal y como podemos observar en el siguiente esquema debemos realizar un ejercicio de transformación del pensamiento y pasar a un modelo positivo. La persona que realiza la conducta disruptiva no “es el problema” sino que tiene un problemay nosotros como profesionales y/o familiares debemos realizar acciones que le ayuden a resolverlo (teniendo siempre en cuenta que la relación con el entorno es parte de la conducta).
Figura 1: Perspectiva positiva de la conducta. (Adaptada del grupo PACER por Escribano 2002)

ANÁLISIS DE LA CONDUCTA FUNCIÓN Y FORMA

    Casi el 90% de las conductas consideradas "problemáticas" son debidas a limitaciones en habilidades comunicativas, éstas pueden ser superadas si la persona las desarrolla adecuadamente, como, por ejemplo, pedir ayuda o aquello que desea. Toda conducta está compuesta de dos elementos fundamentales, la forma que adopta, es decir, el vehículo a través del cual se transmite la información (lenguaje, gestos, entrega de pictogramas, bofetada…); y la función, es decir, el motivo por el cual lleva a la persona a realizar esa conducta. Por lo tanto, las "conductas problemáticas" suelen tener una función lícita, pero expresada de forma inadecuada. Por ello, debemos pensar en la función y variar la forma, enseñando habilidades comunicativas ajustadas al contexto.

    Por ejemplo: <<Pablo presenta rabietas cuando le intentamos marcar pautas de trabajo o no quiere realizar alguna actividad. Normalmente las rabietas son generalmente una vía para conseguir cosas (refuerzo positivo), para evitar cosas o situaciones (refuerzo negativo) o para buscar atención (refuerzo positivo). Por lo tanto, no debemos prestarle atención ni a las exigencias ni a las rabietas con el fin de quitarle hierro al asunto y para que éste no tenga audiencia. Una vez superada la crisis debemos asegurarnos de que la orden que provocó la rabieta sea cumplida>>.

En ocasiones, una reacción desorbitada frente a una orden no es realmente una rabieta, sino, una indicación de que la persona en cuestión sabe que no es capaz de cumplirla. Por ello, esto le frustra, así que, habrá que cambiar la estrategia empleada.
Las "conductas problemáticas" no desaparecen de la noche a la mañana. No todas las personas responden de la misma forma a cada una de ellas, tanto es así que hay que experimentar sobre la marcha.
Como desconocemos el origen de la conducta, tenemos que barajar la posibilidad de que ésta esté sucedida por: circunstancias como problemas orgánicos (dolores, alteraciones sensoperceptivas, etc.), problemas relacionados con el entorno social (tamaño del grupo, con sus iguales, etc.), problemas relacionados con el entorno físico (mucho calor, cambios en el entorno, ausencia de estimulación en el entorno, acontecimientos o materiales que inquietan al individuo, etc.), problemas relacionados con el currículum (tareas difíciles que desmotivan y frustran o fáciles que aburren, duración de la tarea, etc. Todas estas posibilidades, pueden ser los desencadenantes de los problemas de conducta.

FASES DEL PROCESO DE APOYO CONDUCTUAL POSITIVO

1. Identificación de la conducta problemática
Para la identificación de la conducta, es fundamental decidir en primer lugar si, por su intensidad, duración o frecuencia, afecta negativamente al desarrollo personal del niño, así como a sus oportunidades de participación en su grupo de iguales. Si la conducta observada coincide con la presente definición, estamos ante una conducta problemática.

2. Creación de un equipo
El equipo está compuesto por todas aquellas personas que formen parte del entorno niño o que tengan un vínculo directo con él, como pueden ser familiares, amigos u otros profesionales. Además, deben participar con el plan de intervención.

3. Evaluación Funcional
Para elaborar y desarrollar el plan de apoyo conductual, es fundamental la información sobre cómo, cuándo, dónde y por qué tiene lugar la conducta problemática, ya que éste es una de las principales fuentes para que nuestro plan de apoyo será útil y eficaz.
Una vez realizada la evaluación funcional debemos sintetizar la información a modo de resumen de los datos obtenidos, pues éste nos proporcionará las bases para el diseño del plan, es decir, todos los procedimientos que allí se definan deben estar basados en los resultados de la evaluación

4. Elaboración de un plan de apoyo conductual
Características de un plan de apoyo conductual
-  Tiene en cuenta y define las conductas problemáticas que manifiesta la persona.
-       Se basa en los resultados obtenidos por la evaluación funcional.
-    Las estrategias están enfocadas a hacer que la conducta problemática sea irrelevante, ineficaz e inefectiva.
-          Debe ajustarse al contexto donde va a desarrollarse.
¿Qué podemos hacer?
-          Modificar antecedentes.
-          Enseñanza de habilidades alternativas (funcionalmente equivalentes).
-          Creación de hábitos positivos de conducta.
-          Manejar los consecuentes.
¿Cómo modificamos los antecedentes?
-        Modificando los entornos (mobiliario, estructuración ambiental, etc.)
-   Anticipación (control de estímulos, avisar de cambios y de finalización de actividades).
-   Modificando las tareas (teniendo en cuenta sus intereses y motivaciones, adaptándolas a sus capacidades).
-       Relación social (relaciones positivas).

¿Cómo enseñamos habilidades alternativas?

Tipo de habilidades
Función
Ejemplos
Conductas alternativas
Reemplazar a las conductas problemáticas
-Enseñar a pedir ayuda para eliminar conductas problemáticas. Ej. Una autoagresión durante tareas difíciles para la persona.
-Enseñar a llamar cuando la persona requiera atención rompiendo objetos.

Habilidades generales
Poder evitar con éxito las situaciones problemáticas
-Enseñar a la persona a organizar su actividad para evitar frustraciones cuando ha de realizar muchas tareas.
-Enseñar a discriminar estímulos.
-Enseñar a elegir.

Habilidades de afrontamiento
Poder afrontar o tolerar situaciones poco gratas
-Enseñar a utilizar el buen humor.
-Enseñar a tolerar demoras en el refuerzo.
-Enseñar a persistir en el esfuerzo.


¿Cómo modificamos los consecuentes?
-          Centrados en comportamientos positivos
-          Ignorar en la medida de lo posible las conductas disruptivas
-          Buscar motivaciones e intereses compartidos para utilizarlos de premio

5.    Seguimiento del plan de apoyo conductual
El Plan de apoyo debe ser:
-     Continuo en el tiempo
-     Evitar las conductas problemáticas y, permitir la generalización de aprendizajes a otros contextos y situaciones.
Para ello es necesario:
-       Que aumenten las conductas alternativas y disminuyan las problemáticas.
-      Mejora en la calidad de vida en el alumno, su entorno familiar, social y en los profesionales.
-       Proponer modificaciones en el plan de apoyo si es necesario


 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

Goñi, M.J., Martínez, N. y Zardoya, A. (2007) Apoyo Conductual Positivo. Algunas herramientas para afrontar las conductas difíciles. F.E.A.P.S., Madrid.


Programa de apoyo conductual positivo (Jean Piaget: centro de educación especial)


Servicio de Asesoramiento y Apoyo Especializado.”Dossier sobre el Apoyo Conductual Positivo”. C.P.E.E. “Mingoliva” de Madridejos (Toledo).