La ansiedad que manifiestan las personas con autismo, traducida en estereotipias, repetición, aumento de los rituales y rutinas, intensificación de los intereses restringidos, o comportamiento disruptivo o desregulado es el resultado lógico de vivir en un entorno que, para ellos, carece de sentido. No comprender el mundo que nos rodea, sus reglas, su funcionamiento, conduce a la confusión, al estrés y al miedo.
Por tanto, las personas que trabajamos y/o convivimos con personas con TEA es importante que creemos entornos amigables para al autismo. Esto significa adaptar el entorno, las tareas, los estímulos, la metodología de aprendizaje, el mobiliario, el espacio, el tiempo, a una mente funciona de otra manera. Un cerebro con particularidades que limitan a la persona, en algunos casos, pero que en otros pueden convertirse en fortalezas que hay que desarrollar y potenciar.
Desde MarinaTEA se recomienda llevar a cabo adaptaciones del entorno en función de las particularidades sensoriales, cognitivas, perceptivas y emocionales. A continuación se muestran algunos ejemplos:
- Respetar las particularidades sensoriales, propioceptivas y vestibulares.
- Crear un entorno lo más predictivo y claro posible. Preparar los cambios, las novedades, las transiciones, aumentando la flexibilidad.
- Simplificar, desambiguar el lenguaje.
- Evitar la sobrecarga cognitiva.
- Organizar y estructurar el espacio.
- Organizar y estructurar el tiempo.
- Organizar y estructurar las tareas y actividades.
- Respetar el pensamiento visual.
- Compensar los problemas de generalización de los aprendizajes.
- Aprendizaje de habilidades de regulación emocional.
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