sábado, 23 de julio de 2022

LA ANSIEDAD EN LAS PERSONAS CON TRASTRONO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO

Las personas con autismo tienen dificultades para integrar informaciones nuevas, así como para incorporarlas y relacionarlas con otros conocimientos tendiendo a reproducirlas de forma mecánica; suelen centrar su atención en aspectos y detalles poco significativos y anecdóticos, obviando los más relevantes; tienden a prestar más atención a los elementos específicos de los patrones estimulares que a las estructuras globales de los mismos; suelen fracasar en la generalización de los aprendizajes; suelen ser muy concretos y literales en todo lo que les rodea con dificultades para hacer significantes o con todo lo que tenga que ver con procesos de abstracción (desde el lenguaje pragmático a la comprensión de la comunicación no ver
bal), es decir, para inferir lo que sea implícito, sutil, no explícitamente obvio.

La ansiedad que manifiestan las personas con autismo, traducida en estereotipias, repetición, aumento de los rituales y rutinas, intensificación de los intereses restringidos, o comportamiento disruptivo o desregulado es el resultado lógico de vivir en un entorno que, para ellos, carece de sentido. No comprender el mundo que nos rodea, sus reglas, su funcionamiento, conduce a la confusión, al estrés y al miedo.

Por tanto, las personas que trabajamos y/o convivimos con personas con TEA es importante que creemos entornos amigables para al autismo. Esto significa adaptar el entorno, las tareas, los estímulos, la metodología de aprendizaje, el mobiliario, el espacio, el tiempo, a una mente funciona de otra manera. Un cerebro con particularidades que limitan a la persona, en algunos casos, pero que en otros pueden convertirse en fortalezas que hay que desarrollar y potenciar.

Desde MarinaTEA se recomienda llevar a cabo adaptaciones del entorno en función de las particularidades sensoriales, cognitivas, perceptivas y emocionales. A continuación se muestran algunos ejemplos:

    1. Respetar las particularidades sensoriales, propioceptivas y vestibulares.
    2. Crear un entorno lo más predictivo y claro posible. Preparar los cambios, las novedades, las transiciones, aumentando la flexibilidad.
    3. Simplificar, desambiguar el lenguaje.
    4. Evitar la sobrecarga cognitiva.
    5. Organizar y estructurar el espacio. 
    6. Organizar y estructurar el tiempo.
    7. Organizar y estructurar las tareas y actividades.
    8. Respetar el pensamiento visual. 
    9. Compensar los problemas de generalización de los aprendizajes.
    10. Aprendizaje de habilidades de regulación emocional.
Las persona con TEA comprende e integra mucho mejor los mensajes verbales cuando estos son representados  con notas, diagramas, gráficos, dibujos. Por ello puede ser útil el uso de esquemas visuales, hojas de trabajo, listas, planificadores del tiempo y notas específicas complementarias a los soportes verbales. Además, dar a la persona una copia de las representaciones visuales cuando ha finalizado la sesión permite recordar lo que se está trabajando y le ayuda a la generalización de los aprendizajes.



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